jueves, 29 de octubre de 2009

.tarea lozánica.

misión: redactar una carta al narrador/auctor/actor/autor de "La Lozana Andaluza" (de Francisco Delicado) con la voz de Lozana.
15 mayo 1524

Señor mío, beso las manos y los pies de vuestra merced, como he hecho en tantas ocasiones, y os volveré a hacer munchas veces.  Lamento encontralle agonizando su dolor de pie, séase por desuso o sobreuso.  De ser por fatigas, confío su Pelegrina lombarda ofrecióle al final de vuestro viaje de muncho caminar una cómoda almohada para vuestro reposar, zapatos de seda y rico pan para que descanse y sacie el apetito crecido por el caminar. 
Si sufre mi señor por muncho tiempo pasar estando sentado componiéndome mi retrato, le ruego: déjale su cuaderno de nuevo, agora no sobre la tabla, porque mejores cosas munchas tiene vuestra merced de apoyar sobre ella.  Présteme sus manos que tanto trabajado han; ruégole me permite hacelle arrumacos y mansajes para descansalle de sus labores.  Descánsese puesto sobre su tabla, que munchas cosas conozco de alivios para cuerpos cansados.  Y muncho le ayudará el aire fresco, y veréis qué bien se refresca cuando abrimos ventanas para refrescar su despacho, y aún más cuando salímonos a caminar, pasando por la puerta, agora abierta en grandes formas para vuestra merced, señor mío. 
Téngolo comprendido que vuestra merced retrátame con ganas de completar su composición en pocas semanas[1], y espero podelle convencer de conversar sobre partes relevantes, antes de hacer permanente la compleción.  Después de haber leído vuestro retrato, parescióme que hacióle falta munchos detalles. 
Señor, elabora poco mi talento.  Parésceme menéster utilizar una metáfora de comida y la cocina para elaborarse mis talentos en la cama.  Permíteme mostralle cómo se puede entender paralelo entre pan y genitales de mujer, pie y genitales de hombre, caminar y relaciones sexuales, y munchas otras actividades parescidas.  Parésceme que podéis desarrollar mejor éstos mis talentos afín de mejorar el retrato.  Mirá, bien se entiende miel por cossa otra, e igual la almohada; y el telar se daría de entender por cossa otra.  Mi conoscimiento merece vuestra atención, y le devolveré la mía, agradescida.
Señor, la influencia de mi familia no aparescióme suficiente en su texto.  Entiéndole que, al no verlo y oírlo ocurrido, no queréis escribillo.  Respóndole que aquí veréis, y por boca mía oiréis todo lo necesario, todo menéster para escribir buen retrato; le agradesceré el mamotreto en acción señor.  Cuéntole de mi familia, y lo muncho que me ha enseñado mi madre, y muncho he heredado de los talentos suyos, y vuestra merced conóscelos yaz.  Y mi tía también es buena maestra, siendo quien me enseño munchas cosas de mis labores.  Ruégole que respete la memoria de mi madre y mi tía para incluir éstas enseñanzas. 
Señor, no creo nescesario – como he dicho – escluirse de mi retrato hasta entrar en la fiesta con Silvio; aunque no le conoscía, siento que le sentía en mi cama primera con Rampín, en espescial con la calabaza, que se me siente muncho de vuestra merced.  Puédese incluir en mi retrato, quizás incluyéndose en una parte segunda, que sería lo que tiene agora, y escribir una parte prima en la que se prescenta frente a mí.  Quisiera vella escrita, y verles adorados vuestros ojos que tanto me gustaron al vellos por vez primera, sabiéndo yo que podríame mirar como ninguna persona otrie. 
Señor, parésceme menéster también incluirse más juegos verbales, juegos de lenguas, juegos con boca.  Parésceme buena la idea de dividir las mías experiencias en capítulos, pero no gustóme el nombre que vuestra merced pusóles; parésceme mejor idea llamarlos mamotretos, para melhor jugar con el trabajo mío.  D’esta forma, veráse mi talento oral en dos formas: vuestra merced demostraráles a los lectores mi talento de hablar, conversar, en míos discursos, y agora más también con el nombre de las sexiones.  En el mamotreto, se mama (es decir, falla, o habla) lo tratado, y la memoria se trata, y vuestra merced me trata como tantas veces me ha tratado y hecho y tantas volveréis a tratar y hacer.  Vuestra merced, mi señor, podrá ocupar así un buen sitio, en su texto sobre las páginas minas y en mí, y en ella que es la tradición.[2] 
Señor, prefiérese también el contar éstos los tretos mamados con números románicos porque, aunque conosce vuestra merced mi disgusto de las mujeres románicas (que no me han pagado mis trabajos antes), entretiénenme las referencias sexuales translinguales (es decir, entre munchas lenguas) que lógranse con éstas enumeraciones.  Refiérome más que nada a los mayores de dieciocho, por la repetición de las ekis, que en francés (y son ellos los que mejores besan) pronuncia en inglés el nombre (la onomatopeya) de ello que tan bien facemos (es decir “ecs, ecs, ecs, ve, ih, ih”).  También permite la repetición, cosa que tanto disfruto.
Señor, pensando en éste disfruto, también quisiérele sugerir que incluya más d'esto.  Podría espescificar las cantidades repetidas del amor entre Rampín y yo, que fueron munchas (cinco), y las listas muncho me placen, por detallarse un tema muncho y repetir la mesma cosa munchas veces, ya sea repetida, repasada, retratada, por la boca o por otro orificio.  Cualquiera aliteración o repetición de letras o sonidos que permite esto será muy agradescido y remunerado en acciones; si formara una lista que hablase un personaje sobre una cosa que hablase de mí, mejor placeráme vuestro trabajo, señor. 
Señor paréscenme estas sugerencias munchas y buenhas para su trabajo, porque le hará entretenido el trabajallo, porque recordará al escribirlo las diversiones que compartimos, y al retratar la comida, se saciará vuestra hambre, y al retratar lo que hago, se saciará el extrañarme, y si quisiérame visitalle y recordalle de alguno entre estos asuntos, no dúdese en buscarme y encontrarme suya, a su servicio.  Prométole que sus lectores disfrutarán muncho de mis ediciones y cambios fechos, y los ojos pasándose sobre las páginas recontando y retratando nuestras intersecciones resultarán divertidas, y las manos tornando páginas, y las bocas declarando sus contenidos para los no-letrados, entre ellos todos disfrutarán y me conoscerán mejor y a vuestra merced le conoscerán mejor, y entre ellos se conoscerán mejor, y todos provendrán y llevarán beneficio de esta reescritura.
Espero no causarle mucho trabajo con mías ediciones, pero le prometo que se disfrutarán en munchos ambientes los cambios hechos.


Bésole los pies, las manos que tanto escriben, apríetole a mi en un abrazo de muncha cordialidad,


suya, la Lozana



[1] “Comienza la historia o retrato sacado del jure cevil natural de la señora Lozana, compuesto el año mil y quinientos y veinte e cuatro, a treinta días del mes de junio...” tomado para significar que la obra se completó el 30 de junio de 1524 (Parte Prima, página 175). 
[2] Énfasis en vez de apóstrofes para denotar cita de Introducción, página 143.

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