domingo, 25 de octubre de 2009

[remembering to think, 2]

pienso en el reciente abandono. mi quittear de esa droga. me hace pensar que quizás ese no es mi único problema. hago un repaso mental de todas mis actividades. poco a poco me voy dando cuenta de la verdad. soy adicta de todo. no, en realidad dos cosas. dos cosas más que nada. quizás tres. pauso, pienso, cuento... sí, tres: el F (eso lo dejé ya, por ahora, y creo que es el menor de los problemas), el S (me di cuenta de este el viernes, o quizás siempre lo supe, y siempre lo negaba), y el A (el peor de todos, porque este podría acabar con mi vida, y porque no es una adicción constante, sino repentina pero fuerte, fuertísima...).

si lo pienso más, también está el P, que es más una obsesión, algo que siempre tengo pendiente; en realidad no es el P sino mi C..., mi R. cada vez que paso frente a un E o una V, pienso en mi R, en mi C, en mi P. es horrible más que nada porque sé lo malo que es. pensar eso. preocuparme por eso. lo peligroso que puede llegar a ser.

pero en realidad no importa, con tal de que nadie se entere. hace unos años (en realidad, el año pasado) casi me descubren. al menos lo del C, el S y el A. especialmente lo del C. por eso tuve que dejar el dormitorio universitario. porque ese es el lugar donde más atención te presta la gente. donde más se enteran de todo. porque hay poca privacidad. resultado de tanto espacio compartido. tantos propósitos compartidos. porque el dormitorio es multi-uso. hay tan pocas reglas. al menos sociales.

pero con tal de que nadie se entere, en realidad no importa. supongo que seguiré así hasta el final. aunque, si sigo así el final será temprano. c'est pas grave. será interesante, por lo menos. si hay que irse, mejor salir de manera entretenida, ¿no?

sí, creo que sí.

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